lunes, 24 de junio de 2013

Una rosa en el libro de tapa azul


He descubierto el techo gris de la locura y lo he cerrado con bolsas de arena, lo he querido enterrar, olvidar que lo he visto. He tratado de borrarlo de mi memoria y hacer que los sujetos que bailan dentro, se vayan a sus casas y cenen con sus esposas. He descubierto que la música de sus voces son asperas como la lengua de un zorro y oscuras como la noche.


Te he imagino divino, ahogado y moribundo. He escarpado tu piel tratando de encontrarte y mis manos se han quebrado y han tomado un color azul, como ese de amanecer. Sí, el licor que bebí de tu boca, me ha vuelto loca y me ha dado soltura de voz, a liberado a mi lengua de mi caparazón y me podido gritar. Así de pie y desnuda...

Alguna vez me diste de comer ese beso que respira angustia, pasión, odio, desesperación y exige el encuentro. Quebrandome las médulas y haciendome el amor...

Quiebrame la boca
matame de pocos
lento
despacio
pausado
con mesura
fisura
latente
ahogado
ahogame de muertes...

Ella la de azul... La que grita "Aquí, es mi casa. Mi tierra"  Yo evoco su locura y la hago mía, le toco los labios, le acaricio el cabello, le saco el vestido a besos y la inundo de caricias suaves, lentas y tiernas... Me sigue como niña buena, me besa la frente me desnuda el cuerpo y se atreve a lamerme los senos, quiere beberme como si fuera una fuente, y cogerme las piernas y subirse en ellas como si fuese su caballo, o su nuevo viaje.

Gira
gira
gira
girame! el existir en tu espalda de mariposa viajera.