viernes, 6 de junio de 2014

Ya no sé porque me sorprendo, son las mismas palabras que utitlizas siempre, los mismos verbos, el mismo tono y el hecho de hacer notar que es imposible. Cada día pasa como un platillo en rotación interminable, a veces creo que fue mala idea mirarte más d elo debido, a veces pienso que no debi tocar tus pies o aceptar ese primer beso. 

Nos conocimos en el peor lugar de todos, en donde las mascaras estan a la orden del día, y en donde decir te quiero o te extraño, no significa nada. Sí tus primeras palabras dijeron mucho y significaron aquello que me era imposible decir, pero ya es tarde, ya ha pasado el tiempo en que he querido pensarte más de lo que habitual. 

No sé cuales sean las palabras correcta o como decir algo, sin tener la inutilidad de sentir que logres entenderla. Nuestro peor enemigo ha sido el tiempo y debo confesar que es mi mejor aliado, no sé porque continuo escribiendo lo que sabes muy bien será o como mencionaste suena de despedida. 

Ya no puedo, ya el tiempo me ha quitado mucho, la espera es interminable y las ganas son muchas. No sé que decirte, no sé si lo mejor sea enviarte un e-mail diciendote que se terminó, que lamento mucho no tener tan poco tiempo para darte y tan pocas ganas de compartir contigo.  Debo ser sincera, me ha costado mucho amarte de forma que te amo, pero eres muy desconsiderado o tal ves yo muy infantil, pero estoy cansada, tengo mucho sueño y quiero dormir, quiero soñar que no he sabido nada de tus viajes, de tus idas y vueltas del mundo, de tu voz en mi odio y de que tal ves sea la ultima vez, y que tal ves hace semanas fue la ultima vez que te besé.

domingo, 2 de febrero de 2014

Ojos

Miro la forma de tus ojos, los surcos que delimitan las lineas de tu párpado y tu córnea. No puedo evitar las ganas locas que tengo de besarlos, o de acariciarlos. Miro por la ventana tratando de olvidar la forma, el color, tus pestañas rizadas, la mirada triste e inocente que provoca. Y es cuando mi cuerpo siente un fuerte estallido que recorre mis piernas, mis muslos, y mis caderas. Un jadeo estrepitoso en mis adentros hierve y en el la imagen de tus ojos. La turbación me llega a la cabeza y trato de mantener la compostura, en un ataque de frenesí, mis ojos se elevan buscando tu rostro y en un suave y placentero impulso, estrello la espesura de mis labios en uno de tus ojos.

viernes, 17 de enero de 2014

http://www.youtube.com/watch?v=pkrBuW8TKGg

Esquecer

Pensé que el mar me daría la brisa que el cuerpo a veces olvida. Pero debo confesar que es muy dificil mentir. Lo he tratado, he tratado de decirte la verdad, de por lo menos en una caricia lo entendieras. Pero no ves, no oyes y mucho menos sientes.

He decidido coger lo poco que tengo, lo poco que ya me dejaron, y caminar. Como siempre camino, abrir paso entre las avenidas, surcar la arena del mar y mezclarme con el agua de mi cuerpo.

Tal ves, todo fue muy deprisa el viento, el oleaje, los ropajes y nuestros viajes.

Intenté ser fuego y cubrirte de aguas cálidas, pero muy imposible. Tus heridas no me dejan respirar.

Hoy me voy, hoy me voy...
A dónde la brisa nace, dónde el sol renace
dónde el suelo es fertil, dónde sentir el tiempo en mis manos no sea robarle momentos; sino regalarmelos. 


Palabra podrida

Hoy me invaden los ojos, los caminitos certeros de la vida, una sonrisa vacia me dice: Continúa mirandome. Otra sonricita inquieta, me devuelve lo certero, la mentira.

Lo he intentado,
que querido ver tus ojos,
sin ocultarte mi sonrisa

lo he intentado
me mirado tus manos de noche
deseando que rozen mi cuerpo

lo he deseado
me he cubierto de tu piel
y me deseado a tus gemidos encima o detrás de los míos

lo he deseado
en medio de mar
a oscuras y entre las piedras

Pero, nada es cierto
ya no hya cuerpo,
no hay mar
no hay gemidos
no hya noches
y mucho menos los intentos y deseos.

La carta fechada
se pudre
como la boca que pudre la palabra. 

viernes, 29 de noviembre de 2013

Carta

Ayer vi una carta de la muerte, esperandome en la Universidad. Como un día cualquiera busque el carné universitario en mi bolso, y estaba allí aquella, mirandome fijo aventadome su sonrisa, delicada sonrisa.

Si sé que me dices, porque no escribo más, leo más, o canto más. No soy, no soy aquella fuente, ya gastada.

Debo decir la verdad.

La luz se apagó,
vi los ojos
rojos
incandecentes
una torpe figura.

Ya basta!
basta!
basta!

Recobra tus ojos
y mírame, vuelve a cantar.

De tu música loca,
de tu sal de mano
y de mi boca.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Confesiones I

Me encuentro bajo mis sábanas de color pálido rosa, sí odio el rosa, pero hace unos meses me anime a comprarme un juego de sábanas rosas. He cogido un vestido blanco, esos de tela sencilla, solo quería conservar el perfume del cuerpo, de los cuerpos.

He despertado en medio de sabánas de color oscuro, un perfume fuerte de madera, y unos brazos cubriendome y acariciandome una de mis piernas, sí estaba siendo. Como se es, cuando uno se siente ser.

Juego con mis dedos como cuando era pequeña, y entendia que mi mano izquierda era un grupo de cinco damas blancas, rosadas y llenas de juventud. Ellas ingresaban al baile, en medio de un libro abierto, y tenían una postura delicada y erguida, amenazante. Los caballeros los de la derecha eran cinco, fuertes, firmes y estilizados, eran rosados, oscuros y libres. Empezó el baile, primero la reverencia, las manos se inclinaban al suelo y se erguian al cielo, los primeros seguian a los otros, y asi abanicos llegaban a tocarse las llenas, ese era el saludo. Primero el mayor, después los siguientes, y empezaba la danza de los cuerpos, unos acarician a otros, y otros acarician la palpa, la madre, la consumación.